Deidad by Jennifer L. Armentrout

Deidad by Jennifer L. Armentrout

autor:Jennifer L. Armentrout [Armentrout, Jennifer L.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2012-11-05T16:00:00+00:00


Capítulo 18

Dormí más de lo esperado. Cuando me desperté, la habitación estaba vacía y me habían dejado el móvil en la mesilla. Deseé que Aiden estuviese descansando, igual que Marcus. Me senté y puse una mueca de dolor, ya que al hacerlo me tiraban los puntos.

Intrigada, volví a mirarme la cicatriz. Los mestizos nos curábamos más rápido y las hojas del Covenant estaban diseñadas para hacer cortes limpios, pero aquello seguro que causó daños internos. ¿Me habría arreglado Apolo algo más? Porque dudaba que los médicos pudiesen arreglar aquellas cosas. La verdad es que me encontraba… bien, aunque sin energía.

Mirando por la habitación, algo pareció venirme a la memoria. Tenía la sensación de que me estaba olvidando de algo, algo muy importante. Lo tenía en la punta de la lengua, igual que cuando me lanzaron la compulsión. Aunque esa vez era distinto. Era más bien como despertarse y no acordarse de un sueño.

Suspiré y me estiré para coger el móvil. Solo había una llamada perdida de Peluchín. Me volví a tumbar y le devolví la llamada.

Seth respondió al segundo toque.

—Así que estás viva.

El corazón me dio un vuelco.

—Claro, ¿cómo no iba a estarlo?

—Bueno, no he podido hablar contigo en dos días. —Hizo una pausa—. ¿Qué has estado haciendo?

—Dormir, no mucho más.

—¿Has estado durmiendo dos días seguidos?

Me toqué la cicatriz e hice una mueca.

—Sí, eso ha sido todo.

—Interesante… —Se oyó un ruido amortiguado, como si hubiese puesto algo por encima del teléfono—. ¿Estabas durmiendo y Aiden tenía tu teléfono?

Mierda.

—Estaba haciendo de niñero. No sé por qué respondió al teléfono cuando llamaste. —Volví a escuchar el mismo ruido y a Seth gruñendo—. ¿Qué haces?

—Es difícil ponerse los pantalones sujetando el teléfono.

—Emmm, ¿quieres que te llame más tarde? ¿Como por ejemplo, cuando no estés desnudo?

Seth rio.

—Ya no estoy desnudo. En fin, por cierto, quizá tenemos alguna enfermedad rara de Apollyons. Llevo dos días seguidos como cansado, pero ya me encuentro mejor.

Así que sí había sentido algo. Me mordí el labio.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Dispara.

—Alguna vez me has dicho que cuando Despierte sabré todo lo que sabían los anteriores Apollyons, ¿no?

Hizo una pausa.

—Sí, eso dije.

Empecé a estar un poco intranquila.

—¿Entonces cómo puede ser que no supieses nada sobre la Orden de Tánatos, de cuando ellos mataron a Solaris y al Primero? ¿No habrías visto lo mismo que ellos?

—¿Por qué lo preguntas? —preguntó Seth.

Respiré hondo.

—Porque no tiene sentido, Seth. ¿Cómo puede ser que no supieses que los Apollyons salen de una relación entre un mestizo y un puro? ¿Ninguno de los anteriores Apollyons lo sabía?

—¿Por qué me preguntas? —Una peculiar risita muy femenina le cortó. Cuando Seth volvió a hablar, le oí de fondo decir algo así como «compórtate».

Me incorporé y tomé aire con dificultad, ya que la tripa me tiraba.

—¿Con quién estás, Seth?

—¿Por? ¿Estás celosa?

—Seth.

—Espera un momento —contestó, y oí una puerta cerrarse—. Mierda, qué frío hace aquí fuera.

—Será mejor que tengas cuidado, no se te vaya a congelar algo y se te caiga.

Rio.

—Oh, qué mala eres. Creo que simplemente estás celosa.

¿Que si estaba celosa de que estuviese con una chica y desnudo? Obviamente.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.